Sólo dos actividades económicas operan con holgura con nivel actual del tipo de cambio
Celulosa y productos industriales son los rubros más complicados en relación al precio del dólar que requieren para estar en equilibrio de tipo de cambio real.
Los problemas cambiarios volvieron al centro de las preocupaciones de las empresas chilenas. Así al menos lo señala el índice de expectativas empresariales de la Cámara de Comercio de Santiago (CCS) que muestra que un 20% de las empresas indica que su principal foco de preocupación es el tipo de cambio.
Los temores de estar frente a una erosión competitiva del tipo de cambio, de cara al ciclo positivo por el que atraviesa el precio del cobre, imponen un escenario de incertidumbre sobre las decisiones de inversión y producción futura de los sectores vinculados a los mercados externos, indica el documento del gremio.
El estudio también plantea que las diferentes mediciones de tipo de cambio son coincidentes en mostrar una persistente apreciación cambiaria del peso chileno. Fenómeno que a juicio de la entidad, arroja una señal de alerta respecto de potenciales desequilibrios de gasto interno y problemas en la sub asignación de recursos hacia sectores transables no mineros, que no enfrentan las fases expansivas de precios que tiene el cobre.
Realidad comparada de los rubros económicos?
En esa línea, la entidad analizó los efectos del actual escenario en distintos sectores y la minería es el único rubro que enfrenta de manera realmente holgada el panorama económico mirado desde la óptica del valor actual del dólar. En ese sector, el Tipo de Cambio Real del sector minero supera en 20% su valor de largo plazo (promedio 2003-2012), mientras que la minería aurífera es un 60% superior al tipo de cambio de equilibrio de largo plazo.
De acuerdo a las cifras, para que el Tipo de Cambio Real se ubique en su promedio de largo plazo la minería requeriría un valor del dólar equivalente a los $ 408.
Más atrás aparecen los productos pesqueros que necesitan un precio de $ 459, por lo que aún se mantienen en un nivel aceptable, pero más cercano al valor que ostenta el dólar, que ayer cerró en $ 473,1.
Por el contrario, los productos industriales que presentan un tipo de cambio por debajo del equilibrio de largo plazo (-8%), siendo especialmente negativo en celulosa y papel (-15%).
En cuanto a los números, para que el Tipo de Cambio Real de la industria de la celulosa y el papel se ubique en su promedio de largo plazo haría falta que el dólar se sitúe en $ 577. Igual situación ocurre para los productos industriales que necesitaría un tipo de cambio en $ 532 y para los alimentos que requieren un precio del dólar de $ 510.
En el mismo escenario, los productos agrícolas y la madera están en el límite competitivo, afirma el estudio, al necesitar un valor del dólar de ?$ 508 y $ 480, respectivamente.
Para realizar este estudio, la CCS estimó el Tipo de Cambio Real específico de los sectores de recursos naturales e industria que representan el 100% de la canasta exportadora del país. Esta forma de cálculo considera el precio de exportación del producto específico, en lugar de los precios promedio de toda la canasta exportadora.
Tipo de Cambio Real ?en equilibrio a US$ 510?
“Nuestras estimaciones indican que el precio del dólar que dejaría al Tipo de Cambio Real en su valor promedio de largo plazo debiera ser, actualmente, de $ 510. Esto significa que el peso chileno está revaluado entre 6,5% y 7%, y que el tipo de cambio se encuentra $ 33 pesos por debajo de su equilibrio de largo plazo”, explica Peter Hill, presidente de la CCS.
El estudio sostiene que este nivel del Tipo de Cambio Real, por debajo de su equilibrio de largo plazo, no es una situación aislada. “Se ha presentado en forma persistente desde mediados de 2010 en adelante y sólo se redujo en forma significativa durante algunos meses de 2011 producto del programa de compra de divisas del Banco Central. Sin embargo, finalizado el programa en diciembre de 2011, el tipo de cambio nominal retomó gradualmente su nivel previo a dicha intervención”, precisa.
En otra arista, el gremio precisó que el atractivo de exportar se ha debilitado para la mayoría de los sectores económicos. “Un valor de tipo de cambio que se mantenga persistentemente por debajo del equilibrio de largo plazo inhibirá las exportaciones y, a la vez, potenciará el gasto en bienes y servicios importados. Esto impacta las cuentas externas y debilita el crecimiento del PIB, debido a los efectos negativos que causa sobre los sectores transables de la economía. Es lo que ocurre en Chile al observar el déficit en cuenta corriente y el crecimiento de los sectores no transables (o de servicios)”, asegura Peter Hill.
Efectos negativos de las intervenciones del banco central
“La evidencia muestra que las intervenciones del Banco Central con programas de compras o ventas de dólares han tenido, ciertamente, efectos en subir o bajar el tipo de cambio. Sin embargo, sus aspectos negativos están a la vista”, dice la CCS. Esto porque el efecto ha sido solo temporal y con costos patrimoniales importantes para el mismo Banco Central. Además, las intervenciones benefician no sólo a las actividades afectadas negativamente por un Tipo de Cambio Real bajo, sino que a todos los exportadores, incluso a aquellos que no lo requieren, debido a que ya operan con tipos de cambio por sobre su equilibrio de largo plazo por sus altos precios de exportación. “Es evidente que la economía chilena tiene un grado de desequilibrio cambiario de fondo que debe ser revisado y enfrentado con estrategias de largo plazo, y no sólo con intervenciones puntuales que son sólo paliativas y momentáneas en sus efectos”, manifiesta Peter Hill.
Así, la CCS estima que la brecha de tasas de interés de política monetaria ha alcanzado un punto crítico porque las tasas en Chile se han vuelto comparativamente altas, lo que atrae más capitales desde el extranjero, lo cual agrava seriamente los desequilibrios cambiarios.
En la coyuntura actual, según datos de la CCS, el diferencial respecto del Tipo de Cambio Real de largo plazo se estima, en alrededor de $ 33 por dólar. Durante el primer semestre de 2012, el diferencial fue menor, de sólo $ 20 por dólar.