Las 7 claves de un envase sustentable
Uno de los principales motivos de compra de un producto es el envase. Nos llama la atención su forma, sus colores, el tamaño, la facilidad para ser transportado, almacenado y consumido e incluso, en algunos caso la comodidad para ser desechado.
Asimismo también valoramos la capacidad de conservación del alimento. Nos hemos acostumbrado a que los productos que consumimos habitualmente contengan todos estos rasgos, y ahora, además queremos que sea respetuoso con el medio ambiente.
Criterios para saber en qué consiste el envase sustentable, ¿futuro o realidad?
El envase sustentable es aquél que recoge en forma equilibrada:
- Un mayor respeto por el medio ambiente -y por lo tanto una reducción de su impacto medioambiental.
- Una reducción de costos, que favorezca el crecimiento y competitividad de la empresa, y la satisfacción del consumidor en sus necesidades básicas de calidad y seguridad alimentaria, así como de comodidad de consumo y uso.
A continuación, los criterios a considerar para lograr un envase más sustentable:
1- Reducir materia prima tanto del envase como en el embalaje. Si se reduce la cantidad de material, se disminuye el costo y la cantidad de residuo, al tiempo que mejoramos los procesos de envasado y como consecuencia de ello, se reduce la energía que se usa para su fabricación, transporte y almacenaje.
2- Simplificación y unificación de los materiales usados para el envase de forma que su separación para el reciclaje sea más sencilla y su producción de un menor costo.
3- Adaptación del diseño del envase a los requerimientos de conservación y comodidad, evitando un excedente en materiales, reduciendo así el impacto medioambiental.
4- Mejora de las características del material del envase o del plástico a las particularidades del producto. Errores de este tipo pueden suponer daños sobre el alimento o deterioros que conlleven desechar el producto final.
5- Ajustar las dimensiones del envase para un mejor transporte tanto de las unidades del producto como del pack. Reducir las pérdidas de espacio en el transporte supone un menor consumo de energía en el transporte y un menor costo de almacenaje.
6- Los envases adaptados al consumidor tanto en dosificación como cantidades de producto no sobredimensionadas impiden que el producto perezca antes de ser consumido. Esto favorece un uso más responsable, evitando despilfarros del alimento.
7- Uso de nuevos materiales más biodegradables o reciclables.
Son muchos los aspectos a tener en cuenta para la optimización de un envase sin perder de vista nuestras demandas y necesidades como consumidores. En definitiva es la fusión de lo ecológico, lo económico y lo social. Entendemos como una reducción del impacto ambiental a aquellas acciones destinadas a disminuir los consumos de agua, menores o nulas emisiones de C02, menor consumo eléctrico, mayor eficiencia energética, mejor uso de los recursos o materias primas, procesos más eficientes desde la distribución del producto hasta su almacenaje, aprovechamiento del producto, posibilidad de reutilización, disminuir la cantidad de residuos, etc. ainia.es
Subdepartamento de Inteligencia Comercial