El problema del pescado mal etiquetado en Los Angeles
Un informe de Oceana pone de manifiesto que el etiquetado incorrecto de los productos pesqueros es un problema bastante generalizado en el área de esta ciudad.
Un informe preparado por el grupo ambientalista Oceana revela que el etiquetado incorrecto de los productos pesqueros es un problema bastante generalizado en el área de Los Ángeles. Análisis de ADN determinaron que más de la mitad (el 55%) de las muestras de productos del mar tomadas por Oceana estaban mal etiquetadas, según los lineamientos de la ley federal.
En mayo y diciembre de 2011, miembros y seguidores de Oceana recolectaron 119 muestras de productos pesqueros en tiendas de venta de comestibles, restaurantes y lugares de venta de sushi en los condados de Los Ángeles y Orange. Se concentraron en las especies que ya habían sido detectadas como mal etiquetadas en estudios anteriores y en las que tienen importancia en el nivel regional, como el salmón silvestre, el lenguado y otros peces planos, el pargo colorado y el atún blanco y de aleta amarilla.
Se recogieron y estudiaron 18 tipos de productos del mar para determinar si su etiquetado respetaba las leyes de California y de Estados Unidos. El informe de Oceana forma parte de una campaña nueva que lanzó para frenar el fraude con los productos pesqueros.
Los principales resultados del informe son:
Se detectó fraude en 11 de 18 tipos diferentes de pescado comprado.
Todos los pescados vendidos con la palabra “pargo” en sus etiquetas (34 de 34) estaban mal etiquetados según las directrices federales. Los consumidores que compran pescado etiquetado como “pargo” en el sur de California podrían estar recibiendo, en realidad, cualquier otro pescado, desde tilapia cultivada hasta colín. Además, podría tratarse de cualquier especie de pescado de roca sobrepescado o vulnerable.
Alrededor de 9 de cada 10 muestras de sushi estaban etiquetadas de manera incorrecta. En los sitios de venta de sushi fue donde se detectaron más errores (87%), seguidos por los restaurantes (45%) y las tiendas de comestibles (31%).
Ocho de cada nueve muestras de sushi etiquetadas como “atún blanco” eran en realidad escolar, una especie que por sus efectos purgativos representa un riesgo para la salud.
Oceana detectó distintos tipos de fraude: el uso confuso y engañoso de términos vernáculos; el ocultamiento de una especie sobrepescada y vulnerable, bien administrada, con otro nombre; la sustitución de una especie que representa un cierto riesgo para la salud por otra, y el fraude económico o la sustitución de pescado caro y de mucha demanda por otro más barato o menos deseable.
Para evitar y “desalentar las prácticas deshonestas a lo largo de la cada vez más confusa cadena de abastecimiento”, el informe de la ONG recomienda que se realicen más inspecciones del etiquetado de los productos del mar.
El vocero de la Administración Federal de Alimentos y Medicamentos (FDA), Douglas Karas, aseguró que la agencia trabaja para establecer la frecuencia y el eslabón de la cadena en donde produce la sustitución. Dijo que la mayoría de los reclamos por fraude con productos del mar que recibe la FDA provienen de los consumidores a nivel minorista.
La FDA realiza análisis de ADN durante todo el año de 800 pescados recolectados en todo Estados Unidos, informó Los Angeles Times. FIS/Natalia Real
Subdepartamento de Inteligencia Comercial