Se puede generar riqueza con los residuos del vino
Reciclar y aprovechar los subproductos de la fabricación del vino puede suponer tanto beneficios económicos como medioambientales, según un equipo multidisciplinario de las universidades de Vigo y Santiago de Compostela.
Los residuos generados en la elaboración del vino son una fuente de compuestos químicos que, puestos en valor, podrían tener un impacto económico positivo, según los resultados obtenidos por un grupo de investigadores de las universidades de Vigo y Santiago de Compostela.
El equipo, compuesto por varios profesores del Departamento de Ingeniería Química de la Universidad de Vigo y del Departamento de Edafología y Química Agrícola de la Universidad de Santiago de Compostela, así como por un abogado, publica en el último número de la revista Waste Management una revisión de varios artículos publicados en revistas de alto índice de impacto, entre los que se incluyen los resultados de algunos de sus trabajos, referentes al aprovechamiento de los residuos procedentes de la industria vitivinícola.
Un subproducto valioso
La producción de vino genera diferentes tipos de residuos con altos contenidos en compuestos biodegradables. Estos proceden de restos vegetales derivados de las uvas sin pepitas, sedimentos que se obtienen durante el proceso de clarificación, el bagazo de la uva presionada (residuo que se obtiene al sacarle el jugo) y los posos obtenidos en los distintos procesos de decantación.
El objetivo del estudio es llevar estos mismos residuos a un terreno económico que permita sacar dividendos. Durante los últimos años investigadores del Departamento de Ingeniería Química de la Universidad de Vigo han comprobado cómo de la fermentación del bagazo, los brotes de sarmiento y los posos, en función del microorganismo utilizado, puede obtenerse ácido láctico, bioemulsionantes, biosurfactantes, (tensoactivos, utilizados en la fabricación de detergentes), xylitol, etanol y otros compuestos. Además, el bagazo y las semillas son ricos en compuestos fenólicos, que tienen propiedades antioxidantes, y la vinaza vino que se saca de los últimos posos contiene ácido tartárico que puede ser extraído y comercializado.
El estudio sugiere que las compañías deben invertir en nuevas tecnologías para reducir el impacto de residuos agro-industriales en el medio ambiente y establecer nuevos procesos que proporcionen fuentes adicionales de ingreso.
El uso de brotes, orujo y posos de uva para producir ácido láctico y biosurfactantes es también un prometedor método para reducir el precio total de los procesos biotecnológicos, así como deshacerse de estos residuos de una forma más respetuosa con el medio ambiente. Otras aplicaciones sugeridas para dotar de valor a los restos de la vinificación incluyen el uso de los posos como nutrientes o el compostaje de los residuos, ya que estos generan, en la mayoría de los casos, un abono orgánico de alto valor agronómico. agenciasinc.es
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