Europa avala los beneficios saludables del aceite de oliva
Después de un proceso de más de 5 años, la Unión Europea ha incluido al ácido oleico, los polifenoles y la vitamina E del aceite de oliva en la lista de declaraciones autorizadas de propiedades saludables de los alimentos.
Ocupa un lugar preferente en la dieta mediterránea y gracias a su composición cien por cien natural, sin aditivos ni conservantes, se ha posicionado como un alimento funcional de primer orden.
Ahora, y después de un largo proceso de más de cinco años, la «European Food Safety Authority» (EFSA) ha hecho pública la lista de declaraciones autorizadas de propiedades saludables de los alimentos, y algunas de esas alegaciones se refieren al aceite de oliva. Para el doctor Francisco José García Muriana, del Instituto de la Grasa del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)-Sevilla, «este reglamento permite destacar las propiedades saludables del aceite de oliva, un zumo natural de la aceituna que merece el reconocimiento de ser la grasa más sana que se conoce.
Además, esta normativa es la plataforma que permitirá la autorización de propiedades saludables de otros componentes del aceite de oliva, aunque su valor como alimento saludable estriba en el equilibrio único de todos sus componentes».
Los polifenoles, la vitamina y el ácido oleico son los componentes de este alimento que cumplen con los requisitos que establece el reglamento. El doctor Ramón Estruch, consultor sénior del departamento de Medicina Interna del Hospital Clínic de Barcelona, sostiene que «los dos principales polifenoles del aceite de oliva virgen son el hidroxitirosol y el tirosol, nutrientes que tienen una potente actividad antioxidante y antiinflamatoria. Se ha valorado la actividad antioxidante del hidroxitirosol y sus derivados (oleuropeina y tirosol) del aceite de oliva sobre las partículas de colesterol malo LDL que participan en la aparición y progresión de la arteriosclerosis. También se ha reconocido que el consumo de aceite de oliva virgen extra ayuda al mantenimiento de unas cifras normales de colesterol bueno o HDL».
Por tanto, sólo los aceites que contengan un mínimo de cinco miligramos por 20 gramos podrán hacer uso de esta alegación. El aceite es una fuente de vitamina E y así se ha reconocido. Según Estruch, «se han aprobado los efectos protectores de la vitamina E frente a la oxidación del ADN, proteínas y lípidos y en el mantenimiento del sistema inmune, piel y anejos, metabolismo óseo, función cognitiva y circulación sanguínea, entre otras. Por último, también se ha reconocido «la sustitución de la grasa saturada por grasas insaturadas como el ácido oleico del aceite de oliva que no produce aumento de colesterol malo o LDL», matiza el experto. En concreto, esta grasa está presente en este producto entre el 55 y el 83 por ciento de su composición. Aunque no se hayan reconocido otros componentes del aceite de oliva, Estruch sostiene que «no significa que no tengan efectos beneficiosos sobre el organismo, pero hacen falta nuevos estudios que lo demuestren y que la EFSA los aprueben».
Conviene aclarar que existen distintos tipos de aceite de oliva. Según la doctora Itziar Zazpe, dietista-nutricionista y profesora de Grado de Nutrición Humana y Dietética de la Universidad de Navarra, están «el virgen, el refinado, el aceite puro de oliva y el de orujo. De todos ellos, el de oliva virgen es el más idóneo para la salud, no sólo por su contenido en ácidos grasos monoinsaturados, vitamina E, A, D, K y compuestos fenólicos. El alto aporte de antioxidantes naturales le proporciona estabilidad frente a la oxidación».
Límite
Pese a sus beneficios, no hay que olvidar que se trata de una grasa y, por tanto, no se debe abusar. La doctora Pilar Riobó, jefe asociado de Endocrinología y Nutrición de Capio Fundación Jiménez Díaz, aclara que «posee en torno a las 900 calorías por cada cien gramos, el doble que cualquier proteína o hidrato de carbono. Las personas que estén a dieta pueden tomarlo sin problema, pero no deben abusar». Esta opinión la comparte Muriana y añade que «el límite en la ingesta de cualquier grasa está en el aporte calórico que cada persona necesita. Debería convertirse en una costumbre saludable tomar cada día de cuatro a cinco cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra». Beatriz Muñoz para madridmasd.org
Subdepartamento de Inteligencia Comercial