El vino en América Latina
En el panorama auspicioso, se encuentra Colombia, Chile, Guatemala, México y Costa Rica, países donde el vino ha ido ganando terreno entre los consumidores, dado que en 2012 registró un alza y desarrollo en dichos mercados.
Al mirar el panorama global del vino en América Latina, este se ve con claros y oscuros. En algunos países su consumo y desarrollo posee un alza considerable, pero desde una base muy pequeña; mientras que en otros, el consumo ha ido cayendo y algunos consumidores han cambiado sus preferencias afectando a este bebestible. Las variables económicas también ha pesado sobre el producto.
En el panorama auspicioso, se encuentra Colombia, Chile, Guatemala, México y Costa Rica, países donde el vino ha ido ganando terreno entre los consumidores, dado que en 2012 registró un alza y desarrollo en dichos mercados.
Un caso destacable es el de Colombia, donde el consumo ha tenido tasas de crecimientos impresionantes, dado que entre el 2007 y 2012 el consumo per cápita aumentó 46%, hasta alcanzar 1,1 litros, según reveló el estudio de Euromonitor Internacional Las cinco principales tendencias en bebidas alcohólicas.
Si bien la cifra todavía es baja, la sofisticación en el consumo y el cada vez mayor conocimiento acerca del vino, impulsado por importadores y minoristas, ha dado frutos, explica el informe, el que además dio a conocer la tendencia sobre las preferencias de los colombianos.
El vino tinto sigue siendo el principal producto, no obstante, los consumidores de dicho país han comenzado a probar nuevas opciones, siendo los vinos espumosos y rosé los que han captado su atención, teniendo un efecto positivo en el mercado, dado que ambas categorías lograron tasas de crecimiento de dos dígitos.
En lo que respecta a Chile, si bien los consumidores prefieren cada vez más la cerveza que el vino, la categoría de espumante logró notables resultados el año pasado al experimentar un dinámico crecimiento: un aumento del 35% en ventas de volumen total.
Tradicionalmente, el consumo de vino espumante ha sido sinónimo de celebraciones de Navidad y Año Nuevo por lo que su consumo tiene un profundo sesgo estacional, siendo mayor en el último trimestre del año.
Sin embargo el 2012 presentó la expansión de la burbujeante bebida a los happy-hours y reuniones sociales básicamente por su atractivo para profesionales jóvenes, especialmente mujeres, que buscan una bebida más glamorosa o cosmopolita, declara el informe.
En Chile, el vino espumante representa alrededor de 4% del volumen total del mercado del vino, sin embargo, se prevé que seguirá siendo un mercado de nicho.
En tanto, los guatemaltecos también mostraron un especial interés por este bebestible. El estudio reveló que, durante el período analizado, los consumidores de Guatemala comenzaron a beber este producto más frecuentemente tanto en casa como en locales, es decir, en bares y restaurantes.
Donde también se reflejaron alzas fue en México, país en el que esta subdesarrollada industria creció a tasas impresionantes, en especial entre los vinos tintos y espumantes, de acuerdo a la publicación.
Actualmente, la mayoría de los vinos son importados, sin embargo, se está capitalizando una tendencia hacia las bebidas producidas en el país azteca, mientras que los productos están mejorando su calidad y popularidad.
Como el consumo de vino per cápita es aún bastante bajo en México -menos de un litro por persona- el dato le da una gran oportunidad a la industria al tener un considerable espacio para crecer en los próximos años, revela Euromonitor Internacional.
En lo que respecta a la especialización del vino, Costa Rica manifestó buenos resultados, debido a que el año pasado mostró un fuerte y continuo crecimiento entre tipos de vino de medida que los consumidores expandían su paladar e incrementaban su poder adquisito, puntualiza la entidad a cargo del informe.
Los constarricenses están cada vez más interesados en testear buenos vinos, tendencia que ha significado una oportunidad de mercado y una posibilidad para el desarrollo de productos de nicho, como serían los vinos orgánicos y biodinámicos, especialmente, entre la categoría de los tintos.
La otra cara de la moneda. Por otro lado, se encuentan Venezuela y Uruguay. En el caso del primero, el contexto económico le ha jugado en contra al vino, debido a la poca disponibilidad de moneda extranjera.
Debido a que el 2012 fue un año electoral, el gobierno se enfocó en asegurar las importaciones básicas de comida, dejando a un lado a los importadores de vino durante la distribución de moneda extranjera, analiza el documento.
Ante esto, gran parte de los importadores del producto no contaban con una estrcutura financiera para cumplir con los compromisos de pago de proveedores internacionales, por lo que el volumen estuvo bastante por debajo de los períodos pasados.
A esto se suma que el productor local de vino, Bodegas Pomar -subsidiaria de Empresas Polar- también reportó una caída en el volumen de ventas, mientras que los viñedos resultaron afectados por las lluvias, debido a que se inundaron parcelas y muchos cultivos se perdieron por pestes y hongos, de acuerdo a la publicación.
En tanto, en Uruguay las ventas del bebestible, en términos de volumen, cayeron, debido a que los consumidores cambiaron su patrón de consumo, dado que prefirieron el vino de mesa por el vino de calidad prefetente (VCP), que es más caro. Incluso, algunos cambiaron su preferencia hacia la cerveza.
Para explicar esta situación, el informe detalla que la competencia continúa creciendo y está fomentada por la presencia de importaciones de vinos desde Argentina y Chile. Las importaciones tienen precios competitivos, similares a aquellos ofrecidos por las empresas nacionales.
Fuente: América Economía
Subdepartamento de Inteligencia Comercial