Claves para duplicar la producción acuícola en 2050
El pescado aporta ya el 17 % de la proteína de origen animal consumida en todo el mundo y se han convertido en una fuente de alimentos de alta importancia en países en vías de desarrollo, donde se produce hasta el 75 % del pescado mundial.
En un contexto de declive de las poblaciones salvajes, la acuicultura se posiciona como la actividad clave para satisfacer a la demanda. En un mundo de recursos limitados, la acuicultura podría ser una opción atractiva para la expansión de la oferta de proteína animal, indica el informe del World Resources Institute Improving Productivity and Environmental Performance of Aquaculture. En sus conclusiones, el organismo destaca que los peces de cultivos son similares en eficiencia a la cría de aves de corral en cuanto a conversión de sus alimentos, por encima de la carne de vacuno.
Pero para dar respuesta a la creciente demanda de productos pesqueros, la acuicultura tendrá que haber conseguido duplicar su capacidad de producción en el plazo de mitad de siglo. De 67 millones de toneladas actuales a las 140 millones de toneladas en 2050. Este crecimiento podría solventar la brecha del 14 % de demanda de proteína estimada en ese plazo, así como convertir a la acuicultura en un sector que genere riqueza y empleo en los países en desarrollo.
Pero el informe también menciona la cara B: el impacto medioambiental de la actividad debido a la dependencia de los alimentos de origen animal. A menos que la industria acuícola encuentre una manera de producir más pescado y reducir al mínimo su dependencia de estos insumos limitados, se verá obstaculizado su crecimiento, indica el World Resources Institute. Además, la contaminación del agua, las enfermedades de los peces y las fugas siguen ponendo en peligro la sostenibilidad del sector.
En definitiva, la acuicultura necesita duplicar su producción y lograrlo de manera sostenible. Para ello el sector debe mejorar su productividad y, al mismo tiempo, mejorar su desempeño ambiental. Entre las recomendaciones del organismo destacan la necesidad de avanzar en el desarrollo socioeconómico; proporcionar alimentos inocuos y nutritivos; aumentar la producción de peces en relación con la cantidad de tierra, agua, alimentación, y la energía utilizada; y minimizar la contaminación del agua, enfermedades de los peces y los escapes.
En su proceso de desarrollo sostenible, el sector debe adoptar medidas para lograr un crecimiento compatible con la protección del medio ambiente y la satisfacción de la demanda. Así, según las conclusiones del estudio, debería mejorar en un 10 % la eficiencia en el uso de insumos; y apostar por un modelo de intensificación significativa, donde el 50 % de las explotaciones extensivas se convierten en semi-intensiva, y el 50 % de las semi-intensivas pasen a intensivas). Al mismo tiempo, la acuicultura debe gestionar un cambio de suministro de energía, haciendo un mayor uso de las energías renovables; mientras que los productores deben alcanzar mejoras en términos de conversión de piensos. Se destaca la tendencia a la mezcla de especies, principalmente de agua dulce; y a sustitución paulatina de harinas y aceites de pescado por ingredientes basados en cultivos.
Más inversión en tecnología
El informe concluye con una serie de recomendaciones orientadas a catalizar la transformación del sector. La primera de ellas hace referencia a la necesidad de incrementar la inversión en la innovación tecnológica y la transferencia. La segunda, seguir una ordenación territorial y la zonificación para guiar el crecimiento de la acuicultura en el paisaje y el entorno marino. Además, recomienda aprovechar las últimas tecnologías de la información para impulsar las ganancias en la productividad y el desempeño ambiental. Por último, el World Resources Institute recomienda evolucionar hacia la producción y el consumo de especies con menor dependencia de los piensos de origen animal, como la tilapia, bagre, carpa o los moluscos bivalvos). La industria de la acuicultura mundial es dinámica y diversa. Los gobiernos nacionales, la industria de la acuicultura, agencias de desarrollo, organizaciones internacionales, organizaciones no gubernamentales (ONG), las fundaciones privadas y los productores tienen un papel que desempeñar en la aplicación de estas recomendaciones, concluye el organismo.
Fuente: ipacuicultura.com
Subdepartamento de Inteligencia Comercial