3 pasos a seguir para limitar el riesgo en el desarrollo de un nuevo producto
La innovación es un valor clave para crecer en el mercado, crea valor sustentable, pero tiene un alto grado de riesgo. ¿Podemos hacer algo por calibrar este riesgo? ¿Para reducirlo?.
Al fin y al cabo el éxito de un producto depende del hecho de que el consumidor lo acepte y lo valore, por eso una empresa tiene éxito en el desarrollo de un nuevo producto si consigue alinear sus intereses con las demandas del consumidor.
En este sentido, la validación por parte del consumidor de un producto previo a su lanzamiento al mercado es la única forma de evaluar de manera real el atractivo de un producto. Los “test de aceptación y preferencia” que se llevan a cabo con los productos codificados en ciego evalúan el producto a nivel sensorial y es la investigación de mercados la que proporciona información complementaria en relación a la imagen de marca, envase, precio o comunicación.
De la idea al concepto
Antes de lograr un producto definitivo, primero ha habido una idea, una definición de concepto del nuevo producto, o la identificación de una mejora (un nuevo uso, un cambio en su sabor, una redefinición de su público objetivo ). Se aconseja validar con los consumidores la conceptualización de un nuevo producto porque mediante la expresión de sus deseos y necesidades nos ayudan a identificar posibles nuevos conceptos de producto.
Validar un nuevo concepto de producto
Los llamados test de concepto permiten explorar la opinión del consumidor en relación a un nuevo concepto de producto, diferenciar entre los que tienen mayores y menores posibilidades de éxito, así como obtener información sobre cómo mejorar aquéllos con potencial. Además, la investigación cualitativa permite explorar los hábitos del consumidor y ayudarnos a comprender mejor sus necesidades e identificar cómo satisfacerlas al máximo.
Desarrollar el nuevo producto
Después existe una etapa de desarrollo de producto desde el concepto planteado, que a priori es exitoso, y el producto final bien conseguido, en la que se tiene que dar forma al concepto. En esta etapa se han de crear diversos prototipos del producto ideado. Es aquí donde el análisis sensorial -mediante metodologías de panel de catadores expertos- ayuda a definir y adaptar el producto en sus características de aspecto, olor, sabor y textura. La combinación de técnicas sensoriales y de opinión del consumidor nos permitirá identificar qué características ha de tener definitivamente el producto y cuáles son clave en los gustos y preferencias de los consumidores. Esto nos ayudará a desarrollar y reformular los productos para que se ajusten a sus requerimientos.
Es imprescindible contar desde el inicio y durante todo el proceso de desarrollo del producto con la opinión del consumidor para ofrecer un producto que se ajuste a las necesidades y expectativas de éste.
La aplicación de estas metodologías nos proporcionará información que nos ayudará a ir tomando las decisiones más pertinentes facilitándonos esta alineación del producto con el consumidor y por tanto aumentando nuestras probabilidades de éxito en el mercado. tecnoalimentalia.ainia.es
Subdepartamento de Inteligencia Comercial