Para hacer frente a la difícil competencia de Italia y Estados Unidos, es necesario que las empresas chilenas sean capaces de ofrecer un producto diferenciado por calidad. Es en este sentido que las certificaciones, como la orgánica por ejemplo, son especialmente apreciadas.

Se aconseja por tanto considerar una estrategia de entrada que apunte a nichos de consumo como lo pueden ser el orgánico, lo anterior puede lograr resultados comerciales aunque acotados, ya que normalmente son volúmenes más discretos.